soy, respiro, siento, un mar adentro en la sangre, un barco que se dirige hacia lo conocido mas desconocido y nunca navegado, soy parte de un núcleo, un grano de arena en esta inmensa playa llamada mundo.
Me gusta tocar el sol, ver lo mas interno de las cosas que no se aprecian a simple vista y todo lo que me rodea que me dice algo.
Me gusta cerrar los ojos e ir como volando, pero hay un aire frío que viene hoy desde la punta de una pendiente, no es una brisa por que sopla fuerte. Me quiere tirar y quitar la humanidad que tengo, no me puedo aterrar ni agachar la cabeza, no puedo dejar un camino de miedos, me quedo con la cabeza muy arriba y aviento con toda mi fuerza palabras dejando el aire sucio detrás. Así no dejo que el mundo me traiga abajo ni me apague porque se que no hay nadie aquí que este tan mal y frío.
Recuerdo por que vine y mientras estoy vivo experimento el calor, la sensación, el sentimiento, el poder, el calor y la fuerza antes de que sea viejo, ese soy yo.
Lo que le doy a la vida es lo debido por ahora cada día le voy dando mas y mas porque nunca le terminaremos de dar todo lo que nos da ella, es tan corta y tan rápida que no se puede desaprovechar. A veces una no es suficiente para entender y valorar lo que tenemos en frente, olvidamos lo hermoso de lo cotidiano, la responsabilidad al vivir, la fe y la conciencia, su voluntad y transparencia. Obtengo de la vida conforme le voy dando, da tantas y tantas vueltas, a veces estamos arriba otras abajo, al final del día todo es atraído. Creo firmemente en la ley de atracción, en el karma, en un vaivén de oportunidades, quizás sólo algunas que jamás se volverán a repetir.
No vale la pena vivir enojados, razones sobran para estarlo, para tumbarse y decepcionarse del mundo entero, supongo que es una actitud, el poder de la mente, el poder del adiós, el poder del amor, del perdón, la oportunidad de nacer de nuevo.
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